jueves, 11 de julio de 2013

Capitulo 9


Bueno chicuelas aquí la dejamos mañana la seguimos espero que les guste y comenten besos nos leemos mañana.




Peter tenía la desagradable sensación de que ardería en el infierno por todo lo que había hecho aquel día, y con motivo.
Había pensado que aquella mujer se casaba con el duque de Killingsworth, que sólo le importaba el título, el prestigio, las ventajas sociales, pero por el modo en que lo miraba, por la forma en que le hablaba, en que, incluso entonces, le tocaba cariñosa el brazo mientras estaban allí de pie, en el salón, saludando a los invitados que llegaban al domicilio de los padres de ella, obviamente su suposición era errónea. Sin la menor duda.
¡Qué tonto era! Ella lo quería. «Muchísimo.»
No, en realidad no lo quería a él —se reprendió a sí mismo duramente—, sino a John, que se había hecho llamar Peter todos aquellos años. Su hermano, el mismo que le había dicho al mundo entero que John había partido hacia América en busca de fortuna. Una plantación en Virginia nada menos. Él mismo escribía las cartas para contarse sus imaginarias proezas. Diabólico.
Al menos ahora, Peter sabía cómo John había justificado su ausencia, aunque no tenía muy claro cómo había logrado superar los primeros escollos tan fácilmente. A buen seguro, sus padres debieron de preguntarle por qué uno de sus hijos no había vuelto de aquella noche de parranda. Al servicio tuvo que extrañarle. Los amigos, los conocidos, muchas personas debieron de suponer que pasaba algo.
Sin duda Weddington albergó sospechas...
—¿No te parece, cariño?
Miró a la mujer que lo examinaba con absoluta adoración.
—Lo siento. Estaba distraído.
Lo observó preocupada un instante, luego sonrió con mayor entusiasmo y alzó ligeramente la barbilla.
—Lady Catherine comentaba lo mucho que sus padres lamentan no haber podido asistir a la ceremonia de hoy. Le he asegurado que los visitaremos tan pronto como podamos. Te preguntaba si estabas de acuerdo con mi propuesta.
¿Quién demonios eran los padres de lady Catherine? Le resultaba algo familiar, pero la única Catherine que recordaba era una prima lejana con la que su padre había querido casarlo. La muchacha le había dado a John un puñetazo en la nariz y, afortunadamente, ahí había terminado todo. Ella prefería los árboles y las ranas al té y los vestidos de volantes. Claro que entonces sólo tenía doce años...
—Lady Catherine... —murmuró.
Ella sonrió encantadora. Obviamente, ya no tenía doce años.
—Dile a tu hermano que no es necesario que se vaya tan lejos por mí. No le guardo rencor, y me encantaría volver a verlo. Quizá ahora le daría el beso que entonces quería, en lugar de un puñetazo en la nariz.
—Se lo diré. Y haremos lo posible por ir a ver a tus padres, aunque tal vez más adelante. Mi esposa y yo vamos a estar muy ocupados durante un tiempo.
—Naturalmente, así es como debe ser —replicó ella aún más sonriente.
Mientras lady Catherine se alejaba, Lali apretó el brazo de su esposo y susurró:
—Tendrás que contarme esa historia algún día. Me habría gustado conocer a tu hermano.
Antes de que Peter pudiera comentar no sólo la ironía sino también la inexactitud de esa afirmación, un caballero se situó frente a él, exigiendo su atención, y Peter se sorprendió una vez más pensando en Weddington.
Los recuerdos lo acribillaron. ¿Por qué no había pensado en Weddington antes, ni cuestionado su ausencia en una ocasión tan feliz?
Weddington era su mejor amigo. ¿Cómo podía haberlo olvidado? Quizá porque hacía muchísimo tiempo que no pensaba en nada más que en su fuga y su venganza.
Sin embargo, ahora que disponía de un instante para reflexionar, se daba cuenta de que Weddington debería haber estado allí, pero en cambio no había entrado con él en la iglesia. Claro que no podría haber sido así si Weddington ya estaba casado. El padrino debía ser soltero. No obstante, independientemente de su estado civil, habría asistido a la ceremonia; habría estado presente en aquel inoportuno desayuno para desearles a Peter y a su nueva esposa lo mejor. ¿Por qué no estaba? ¿Se habría casado de verdad? ¿O estaría muerto o enfermo o en el extranjero?
¿A quién podría preguntarle el paradero de su amigo? A nadie. Era una pregunta de la que él mismo debía saber la respuesta. Pero no la sabía. Desconocía los pormenores de la vida de su mejor amigo. Ni siquiera conocía los de la vida de su esposa.
Ni los de las vidas de las personas que lo rodeaban. Ni los de la nación. ¿Qué había sucedido mientras él estaba preso en Pentonville? ¿Qué batallas se habían librado? ¿Mantenía Inglaterra la supremacía de su reino? Suponía que Mariana seguía siendo reina, pero empezaba a percatarse de que no podía confiar en que sus suposiciones lo sacaran de aquella pesadilla.
Había pensado que tendría tiempo de digerir su reinserción social, y en cambio se encontraba en la complicada coyuntura de intentar parecer normal cuando ya no tenía ni idea de lo que eso implicaba.
Sintió que se asfixiaba, que se le cerraba la garganta, y notó una opresión en el pecho. Había estado aislado, solo, durante años. Había fantaseado con su libertad, con estar cerca de otros seres humanos, con que lo tocaran, le hablaran... pero ahora veía que la proximidad con los demás hacía que se le acelerara el corazón, que le sudaran las manos, que le escociera todo el cuerpo. No sabía balbucear otra cosa más que «Gracias», «Me alegro de verte» o «Te agradezco que hayas venido». Cómo podía uno mantener una conversación desenfadada cuando lo único que quería decir era: «Háblame, de lo que sea, de todo. Déjame disfrutar del sonido de tu voz».
Sobre todo del de la voz de su esposa. Le gustaba su tono cantarín; deseaba que se dirigieran a ella para poder concentrarse en aquel suave sonido. La voz de Lali revelaba tanto afecto, tanta devoción como si, durante el instante en que alguien se situaba ante ella, sólo le importara esa persona y nadie más. Tenía un don. Era tan delicada y encantadora... Podía entender perfectamente por qué John la había elegido.
A Peter lo haría feliz mirarla, aspirar su dulce fragancia, oír su voz, acariciarle el pelo —de un intenso color caoba— y comprobar su suavidad, mirar aquellos ojos oscuros y que le devolvieran la mirada. En cambio, tendría que distanciarse, porque anhelaba todo lo que una mujer puede ofrecerle a un hombre... y no tenía derecho a robárselo a ella, que estaba unida a él por votos y documentos, pero no por el afecto.
Había esperado que el corazón de Lali fuera libre y poder llegar a poseerlo con el tiempo, pero ella ya se lo había entregado a otro, al menos en parte. Se lo había entregado a un hombre al que él despreciaba.
Ella lo complicaba todo. Peter tendría que hacer lo que pudiera, tan pronto como le fuera posible, para asegurarse de que el título seguía siendo suyo. Cómo iba a demostrar sus reivindicaciones seguía siendo el quid de la cuestión. No había rasgos físicos que lo distinguieran de su hermano. Sería la palabra de uno contra la del otro.
Además, no le cabía la menor duda de que John, que había vivido en el mundo exterior durante todos esos años, estaría más capacitado para montar su defensa que él, que llevaba ocho sin hablar con nadie. Entre las paredes de aquel penal, la privación de compañía había vuelto locos a algunos hombres. Quizá fuera ése su caso, por pensar que podría recuperar fácilmente lo que era suyo por nacimiento.
Mientras la gente desfilaba ante él, ofreciéndole sus felicitaciones, creyó reconocer a algunos, pero no podía ponerles nombre ni cara. Curiosamente, los hombres con los que había ido al colegio y aquellos que habían sido amigos suyos no estaban presentes, y no pudo evitar preguntarse si John los habría marginado a propósito.

6 comentarios:

  1. (A Peter lo haría feliz mirarla, aspirar su dulce fragancia, oír su voz, acariciarle el pelo ) Mas divino <3
    Besitos
    Marines

    ResponderEliminar
  2. John lo margino al pobre???
    Marines

    ResponderEliminar
  3. Lali quiere a John..o a Peter o esta fingiendo felicidad??
    Marines

    ResponderEliminar
  4. Que lindo <3 (Era tan delicada y encantadora)
    Le encanta no te detengas Peter ve por Lali jajaja
    Marines

    ResponderEliminar
  5. John querido porque no quieres a tu hermano...?
    otra cosita que divertido que tu hermano gemelo naciera en un año diferente jajaja
    Marines

    ResponderEliminar
  6. Okiss le paro super loca me estoy viendo jajaja Super la maraton estuvo GENIAL :)
    Besitos
    Marines

    ResponderEliminar