martes, 24 de septiembre de 2013

Capitulo 46

Maratón yaaaaaa



Peter siempre había sabido que se le habían negado muchas cosas, pero la verdadera envergadura de lo que no había tenido siempre había sido un misterio escurridizo que acababa de resolver. Tumbado, con Lali acurrucada a su lado, mientras le acariciaba distraído el costado desnudo, la crueldad de su hermano se le manifestó con absoluta claridad.
La prisión era para los delincuentes, para los criminales, para los que robaban y engañaban y mataban. Él no había hecho nada para merecer la encarcelación y, aunque eso siempre lo había sabido, la indignación que lo consumía ahora como consecuencia de la injusticia casi le daba miedo.
Quería una venganza inmediata, pero incluso mientras lo pensaba se cansó, y se dio cuenta de que lo único que deseaba de verdad era que todo terminara para poder vivir su vida en paz con Lali.
Pero aún no sabía cómo lograr ese objetivo. Además, no le cabía duda de que John vería aquella situación de forma muy diferente, porque él la había cortejado, la había pedido en matrimonio. John era el hombre con el que ella iba a casarse.
Trató de aliviar la sensación de culpa que lo invadía al percatarse de lo que había hecho. Se recordó que ella le había dicho que tenía dudas sobre su matrimonio con el duque. Se dijo que aquella noche todas sus dudas se habían desvanecido como la niebla tocada por el sol.
Ella lo deseaba. Se había enamorado de él. Y no podía negar que él la quería. Muchísimo.
La tormenta aún rugía fuera, estallaban los truenos y los relámpagos, pero allí tenían un refugio seguro, al abrigo de su calor.
—¿Adónde vas?
Él volvió un poco la cabeza y miró a su esposa.
—¿Cómo dices?
—Veo en tu mirada que ya no estás conmigo.
—Pensaba en lo afortunado que soy de que formes parte de mi vida, y todo lo que haría por seguir teniéndote a mi lado.
—Seguir teniéndome a tu lado no será tan difícil. Me gustan los bombones, las flores y las perlas.
Él sonrió.
—Así que se te puede sobornar.
Ella se acurrucó más junto a él, recorriéndole el pecho con los dedos.
—¿Te lo había dicho alguna vez?
—Creo que no.
—He tenido que decírtelo en algún momento, o si no es que me conoces muy muy bien, porque fuiste tú quien me regaló el collar de perlas que llevaba el día de nuestra boda.
Se alegró de que ella no lo estuviera mirando, de que no viera el gesto que debió de aparecer en su semblante. Siempre habría cosas que no sabría. Siempre cabría la posibilidad de que ella descubriera la verdad.
Debía confesárselo ya, ahora que yacía satisfecha y feliz en sus brazos. Tenía que decirle que él no era el hombre que creía. Pero no se veía con ánimo de contarle la verdad, de arruinar la felicidad de Lali, ni la propia.

Al día siguiente se lo diría todo.

3 comentarios:

  1. Quiero saber como reacciona Lali!!!
    @ROCHI16TA

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  2. hay que lindos son <3 <3
    aaaaa falta que le diga todo, que no le diga asi esta bien que no se preocupe
    Besitos
    Marines

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