viernes, 14 de junio de 2013

Capitulo 45

Bueno Amorosas Este es ultimo de hoy que les pareció la maratón? si les gusto COMENTEN ya mañana la terminamos... besos 



—Whithaven —dijo Peter, elevando su profunda voz de barítono para que todo el mundo lo oyera.  —Le debo una disculpa.
—Eso creo.
—No debí haberle pegado, pero así es como hacemos las cosas en Texas. Los vaqueros somos hombres de acción más que de palabras, y no nos gusta que se insulte a nuestras damas.
—No era mi intención ofenderle; simplemente quería ahorrarle... No sabía que la considerara... bueno... su dama —Interrumpió su tartamudeo. —Mis disculpas.
Peter le tendió la mano.
—Aceptadas.
Whithaven, cuyo aspecto recordaba al de un mapache asustado, con el contorno de los ojos aún descolorido, le estrechó la mano.
—Estupendo.
Se produjo un murmullo general cuando Whithaven dio media vuelta y se alejó, con una sonrisa engreída en los labios, como si, de algún modo, se hubiera anotado una victoria. Empezó a sonar la música y Lali, con los ojos empañados, no esperó a que Peter volviera a su lado, sino que avanzó a toda prisa entre la gente hasta llegar a él, a aquel hombre que había creído tener algo que demostrar y lo había hecho. Lo estudió, escudriñó aquel rostro tan familiar, el del hombre al que creía conocer; el que la había abrazado, la había besado apasionadamente, le había hecho el amor... No podía admirarlo más.
—¿Me concedes el honor de este baile, milord?
Él sonrió.
—El de éste y el de todos los que quieras, querida.
—Teniendo en cuenta que esta noche vas a ser objeto de especulación y chismorreo, quizá consienta en permitirte más de dos.
La tomó en sus brazos, riéndose.
—Has resuelto muy bien el problema, Peter.
—Siempre he sido honesto en mis tratos con otros hombres. Los ingleses no merecen menos.
—He oído lo que has dicho. ¿Soy tu dama?
—¿Cómo has podido dudarlo, Lali? Lo serás mientras sigas aquí.
«¿Y después qué?», se preguntó ella. ¿Volvería a ser alguna vez la dama de alguien?
Bailaron la escandalosa cifra de cuatro bailes seguidos. A Peter le daban igual las normas. No le importaba lo que pensaran los demás. Lali se marcharía pronto y, como le decía a menudo, hacía acopio de recuerdos para cuando ya no estuviera allí.
Ella se cansó de discutir con él.
—Al menos baila con mamá y con mis hermanas —le dijo. —Yo voy un momento a asearme.
—No tardes en volver.
—No lo haré. —Quiso darle un beso en la mejilla para tranquilizarlo, pero en cambio se limitó a darle una palmadita en el brazo.
Subió la escalera que conducía al salón principal y saludó a las damas que se encontró de camino al pasillo de la entrada. Allí, inició el ascenso de la magnífica escalera de caracol que llevaba a la segunda planta. Su carné de baile seguía vacío, pero no le preocupaba. Sospechaba que bailaría todo el tiempo con Peter y, a pesar de lo mucho que lo regañaba, no le importaba. Al igual que él, también ella atesoraba los momentos que pasaban juntos para cuando se hubiera ido. Al llegar al siguiente descansillo, sonrió a la mujer que se había detenido a esperarla nada más verla.
—¡Lady Blythe!
—No es justo —espetó ésta con un susurro malhumorado.
—¿El qué? —preguntó Lali acercándose.
—Me robaste a Martinez. Yo siempre lo había amado, y ahora ya no volverá a Londres para la Temporada social. Sachse demuestra el más mínimo interés en mí y tú me lo arrebatas también.
—¿Que se interesó...?
—Sí, por mí. Me llamaba «querida» todo el tiempo.
—Llama «querida» a todas las mujeres. Eso no significa nada.
—Lo significa todo. Crees que basta con que se haya disculpado con Whithaven. Pero ¿cómo te sentirás cuando todo Londres sepa que has pasado una noche en su residencia?
Lali se la quedó mirando y luego meneó la cabeza. —No es posible...
—¿Que lo sepa? Claro que lo sé. Estuve vigilando desde mi carruaje después del baile de Harrington. Y luego huyes al campo con él...
—¿Lo has estado espiando?
—Que yo lo haya espiado no es nada comparado con lo que has estado haciendo tú.
—No tienes ni idea de lo que he estado haciendo y, además, no es asunto tuyo.
Se dispuso a pasar de largo, pero lady Blythe la agarró del brazo.
—Arruinaré tu reputación. Haré que ningún caballero se atreva a considerar casarse contigo. Ni siquiera Sachse. Ya tuviste tu oportunidad con Kimburton. El conde me pertenece.
—Sólo lo quieres por su dinero y sus títulos. Yo en cambio lo amo... —Lali se interrumpió. Cielo santo, era verdad que lo amaba. Todos los planes que había estado haciendo no eran para volver a Texas sino para volver con Peter, sólo que no había querido admitirlo, porque, durante un tiempo, creía que él la había abandonado. Pero no lo había hecho. En cierto modo, al no confiar en Peter, era ella la que lo había abandonado a él.
Tenía que decírselo, decirle lo que sentía. No iba a volver a Texas. Quería quedarse en Inglaterra.
Se volvió para bajar la escalera. Tenía que encontrarlo. Inmediatamente.
—No, ¡no te saldrás con la tuya!
Oyó aquel chillido estridente, sintió un empujón en la espalda, perdió el equilibrio, y gritó mientras rodaba por los duros peldaños de mármol. El dolor le hacía estallar la cabeza y la oscuridad lo invadía todo.


1 comentario:

  1. Nooooo porque...turrraa porque lo hiciste mala....hay lo ama hermosa <3
    Peter rescatala
    Fabuloso Maratón divino <3
    Besitos
    Marines
    Mas mas mas

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